Peyronie y salud mental están estrechamente relacionados; no sorprende que los hombres presten más atención a su pene que a cualquier otra parte del cuerpo y, además, se sientan orgullosos de él.
Este culto al pene es milenario—tiene más de 5.000 años—y perdura hasta hoy, de forma explícita o inconsciente. Está asociado a la fertilidad, la virilidad y el desempeño sexual masculino.
Por eso, cuando el miembro comienza a mostrar signos de la enfermedad, el paciente sufre. En este blog entenderemos los impactos de la enfermedad de Peyronie en la salud mental masculina y cómo aliviarlos.
¿Qué es la enfermedad de Peyronie?
La curvatura peneana adquirida fue identificada en el rey francés Luis XIV en 1743. Su médico, François Gigot de La Peyronie, describió la afección por primera vez.
La enfermedad consiste en una cicatriz en la túnica albugínea, el tejido conectivo que recubre los cuerpos cavernosos del pene. Dicha cicatriz reduce la elasticidad tisular, haciendo que el lado afectado se curve cuando el miembro está erecto.
La curvatura, generalmente percibida por el propio hombre, puede empeorar con el tiempo si no se trata, dificultando la penetración durante el acto sexual.
Peyronie y salud mental: ¿Cómo afecta la enfermedad al hombre?
La relación entre Peyronie y salud mental varía según el paciente, pero interfiere sobre todo en la calidad de vida y en la vida sexual masculina.
El cambio en la anatomía del pene puede generar reacciones negativas durante, o justo antes, del sexo. Miedo a fallar, a que la pareja note algo raro, a no rendir bien o a no satisfacerla elevan la adrenalina, lo que dificulta el flujo sanguíneo necesario para una erección firme.
Además, como Peyronie se asocia a la disfunción eréctil, el hombre puede sentirse ansioso por lograr y mantener la erección y mostrarse inseguro respecto a su desempeño.
Algunos hombres sienten vergüenza y evitan acudir al urólogo. Cierto machismo también los aleja del consultorio, lo que retrasa el diagnóstico mientras la enfermedad avanza.
Convivir con sentimientos tan negativos durante mucho tiempo puede llevar a algunos hombres a evitar las relaciones y el sexo. Otros recurren a la pornografía, que puede convertirse en adicción y alterar el día a día y las relaciones sociales.
Depresión, trastorno de ansiedad generalizada, pánico y otras afecciones mentales se diagnostican con frecuencia en estos pacientes.
Conviene recordar que los hombres que no tienen la enfermedad, pero sufren ansiedad durante el sexo, pueden desarrollarla: erecciones de baja calidad provocan microtraumas que forman placas de fibrosis características del Peyronie.
¿Cómo aliviar los impactos psicológicos?
Aunque cierto deterioro de la salud mental sea casi inevitable, es importante saber que la sexualidad no está anulada por la enfermedad.
En realidad, el placer se origina en el cerebro. Durante el coqueteo, los preliminares o incluso al imaginar algo en soledad, el cerebro libera dopamina—el neurotransmisor del placer—y epinefrina. Así, incluso con Peyronie, tu vida sexual puede seguir siendo muy placentera.
Muchos hombres continúan manteniendo relaciones sexuales normales. Cuando la enfermedad está en fase inicial o estabilizada con una curvatura discreta, es posible lograr una buena erección, penetrar a la pareja, moverse con comodidad y no sentir dolor.
En estas condiciones, el médico orienta al paciente para que la relación sea segura, evitando traumas que agraven el Peyronie. Entre los cuidados: usa abundante lubricación y elige posturas donde tengas mayor control.
No obstante, la mejor forma de reducir el impacto psicológico es buscar ayuda médica, ya que la enfermedad tiene tratamiento, con buenas tasas de éxito mediante medicación o cirugía.
¿Tengo enfermedad de Peyronie?
Debido a la importancia que el hombre otorga a su pene, es muy probable que note cuando algo no va bien.
La mayoría de los penes no son 100 % rectos, pero si el tuyo se curva más que antes, podría tratarse de enfermedad de Peyronie. La curvatura puede dirigirse a un lado, hacia arriba, hacia abajo o en más de una dirección, y en casos graves alcanza los 90°.
Peyronie presenta otros síntomas. Debido a la curvatura, notarás que tu pene pierde longitud y se acorta respecto a cuando no estaba curvo. También puede mostrar uno o más puntos de estrangulamiento.
A veces es posible palpar las placas de fibrosis. Si tocas el pene en estado flácido, quizás sientas pequeños nódulos: son las placas.
La disfunción eréctil es otro síntoma. Con curvatura, pérdida de longitud y grosor, además de inseguridad, lograr o mantener la erección se hace más difícil. Incluso sin Peyronie, la falta de rigidez aumenta el riesgo al causar nuevos traumas que generan fibrosis.
El dolor durante la erección y/o la penetración es otra señal de alerta. En la hora H, la penetración puede resultar complicada, el pene puede escapar con frecuencia y los movimientos volverse más cortos.
Si esta descripción de Peyronie y salud mental coincide con tu experiencia, acude a un urólogo de confianza. El especialista te indicará el tratamiento adecuado para recuperar tu calidad de vida sexual. Contáctanos para recibir la ayuda que necesitas.
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